Lost in thought

Me desperté y sin saber muy bien por qué, sentí que había perdido algo. Y con los ojos cerrados y la mente aún sin despertar, navegué entre recuerdos ligeramente borrosos de un sueño. Entonces descubrí que fue sólo eso, un sueño.
Pero mientras dormía, mi realidad era esa. Había perdido algo.
Me sentí absurda por tener miedo de una pesadilla.
Era uno de esos días en los que sólo necesitaba que me abrazaran fuerte y me hicieran sentir segura, y me trajeran un té calentito con leche y miel a la cama, y ver una película estúpida.
Ese día yo era una niña perdida en un mundo de adultos.
Y así como me sentía, tan pequeña, no fue fácil recuperarme. El miedo se me había metido ya en el cuerpo y se asentaba pasando a un plano más real, queriéndome hacer pensar algo así podría pasar.
Mantenía los ojos cerrados, muy apretados. Tuve miedo del mundo.
Me quedé así mucho tiempo. No sé cuanto. Con los ojos cerrados, el tiempo siempre transcurre de forma diferente.
Cuando me tranquilicé respiré profundamente y me dije a mí misma que no era real. Que cuando abriera los ojos, lo olvidaría. Se convertiría en una imagen cada vez más borrosa hasta que finalmente desaparecería, como suele pasar con los sueños.
Entonces abrí los ojos.
Y en ese momento descubrí que era verdad. Que el único sueño había sido pensar que era un sueño.
Y sentí la pérdida por segunda vez y como si fuera la primera.

-------------------

La verdad es que no sé muy bien de dónde ha salido este texto.
No es algo que me haya pasado, y encima ahora mismo tengo mil motivos para estar contenta. Y sin embargo hoy me desperté algo melancólica y mimosa y estúpida, y sólo me salía escribir esta cosa rara.
Supongo que en realidad sí que me gustaría que me abrazaran fuerte, y ver una película tonta con té calentito sin tener que decir nada de nada, y sentirme segura.

¡Gracias por leer mis estupideces!