Materia

El mar azul se lanza con fuerza sobre las rocas, dolorosamente. Daña sus olas inmateriales, seres sin cuerpo que parece que tratan de escapar desesperadamente del océano, con las agujas negras de lava que sobresalen en el acantilado. Un aerosol de espuma blanca cubre como una manta el borde del agua, parece una luna hecha trizas. Luego cae e inútilmente trata de aferrarse con millones de dedos transparentes a la piedra.

Pero vuelve al mar inevitablemente. Y vuelve a lanzarse y a caer. Vuelve a creer en su ser, vuelve a ser casi sólida para convertirse en unas simples manos líquidas sin capacidad de empuñar las espadas negras que se clavan en su figura incorpórea, desgarrándola. Sangra, y su sangre es tan intangible como su forma. Sus manos son sólo caricias efímeras, pero perseverantes.

¡Gracias por leer mis estupideces!