James Dean

Dream as if you'll live forever. Live as if you'll die today.
James Dean


Sueña como si fueses a vivir para siempre. Vive como su fueras a morir hoy.
Es una de las frases más conocidas del actor estadounidense James Dean.
Hace un rato estaba enganchada a una pequeña parte de un documental acerca de él -que es lo que alcancé a ver cuando decidí acercarme por el salón a hablar con mi madre y me di cuenta de que lo estaba viendo-, y cuando al final del todo salió esta frase se me quedó grabada.
Creo que alguna vez la oí y/o leí, pero hoy concretamente creo haberla entendido un poco más.
La verdad es que me gusta la idea que transmite.
Para empezar, soñar sin límites. Ahora mismo creo que vivimos mejor soñando aunque sea imposible.
Supongo que lo expresa mucho mejor Eduardo Galeano -periodista y escritor uruguayo- cuando nos habla de la utopía. Él dice:
"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar."
Esa es la imagen que tengo yo de los sueños. A veces se cumplen, y surgen otros. A veces te acercas y ellos se alejan. Pero por mucho que se alejen, cada paso que has dado, cada esfuerzo, todo te ha acercado a ello de una manera u otra, y te ha hecho avanzar en tu vida.
Y repito que no es que crea que todo es de color rosa -y no sólo porque el rosa no sea uno de mis colores favoritos, desde pequeña le tenía manía por parecer tan "Barbie"-, no es que sea una simple soñadora con la cabeza en las nubes, o al menos me gusta pensar que no lo soy.
Solamente creo que no es excusa decir que no sirve de nada soñar para no avanzar. 

Avanzar es importante. Tenemos que crear caminos, vivir.
Lo cual nos lleva a la segunda parte de la frase. Vivir, como si murieras hoy.
Tampoco es que me aferre al no pensar en el mañana. Hay gente que malinterpreta ese Carpe Diem como si tuvieras que vivir autodestruyéndote y gastándote todo el dinero sin pensar en tu futuro.
Eso en mi opinión es una interpretación muy mala de un ideal tan bonito como el de querer vivir cada minuto de tu vida.

¿No sería precioso poder irnos a dormir cada día pensando que ha valido la pena despertarse?
Lo que quiero decir es que no estaría mal hacer un esfuerzo e intentar transformar hasta el día más inútil y poco productivo, pesado, triste y demás, de nuestras vidas en uno en el que haya valido la pena vivir.

Claro que no siempre es posible ya que todos tenemos días malos. Y estar triste no está prohibido por muy optimista que seas.
Pero mientras podamos deberíamos de tener esto en mente: hacer que cada día valga la pena.
Porque ya tenemos la suerte de sobrevivir. No todos la tienen. Y como he dicho mil veces, y lo seguiré diciendo -qué pesada que soy-, nadie muere hasta que muere.
No hay que estancarse en la mala energía, en la autocompasión... porque es muy tentador, y muy fácil. 
Hay que hacer un esfuerzo y reírnos, y mandar al mundo a la mierda por un ratito para disfrutar de la vida, y luego volver con fuerza.
Y con nuestros sueños en el horizonte, por supuesto.

Educación.

Cada día me doy más cuenta de la mala educación que se nos da.
Tampoco digo que yo tenga la solución definitiva ni que pueda salvar el mundo, pero miro atrás y lo veo claro, la mayor parte de las veces quieren que memoricemos sin importar que aprendamos.
Nos enseñan las cosas de manera desordenada, sin tener en cuenta qué es lo importante de cada cosa. La información se nos presenta como algo a memorizar, un montón de palabras que recordar en el orden correcto, ya que ni siquiera se suelen escribir de manera que la información tenga un sentido completo.
No hay conexiones de un párrafo al siguiente en muchos de los libros de texto, lo cual deja más que claro que la intención no es entender lo que dice, sino que lo "aprendas" -entre comillas, por no repetir la palabra memorizar.
Memorizamos listas, tablas, párrafos, pero jamás se nos pide que apliquemos el conocimiento.
Nos preparan para exámenes, no para entender. No nos preparan para ser críticos, para razonar, para pensar por nosotros mismos.
Por expresarlo de otra manera, digamos que nos exigen las tablas de multiplicar de memoria sin hacernos entender qué significa multiplicar, de qué es realmente el resultado de la operación. ¿De qué sirve entonces? Si lo único que hiciera falta es el resultado, para eso es más sencillo coger una calculadora y ya está.
Y por eso pasa que entonces el estudiante se hace un lío y no piensa en lo que está escribiendo, y escribe cosas como que 8x8=48, y al profesor en el examen no le importa más que eso y le tacha esa pequeña parte del ejercicio, o el ejercicio entero, qué más da.
Pero el docente parece que no se plantea por qué el niño ha pensado algo tan absurdo. Y es que resulta que el niño no lo ha pensado, simplemente ha recordado mal y ha repetido mal.

Pero no piensa lo que ha escrito. No se ha planteado que 8 sumado 8 veces no puede dar ese resultado.
No ha buscado una solución ni lo ha comprobado porque ha aprendido de memoria y simplemente le ha fallado, y ya está.

Ese es el alumno que se educa hoy en día, al menos en el sistema que yo conozco, y no sólo a nivel de tablas de multiplicar. Lo mismo pasa en el resto de asignaturas que van enfocadas a superar un examen y no a crecer como personas.
Y no digo que deba de enseñarse menos, u otras cosas. Pero sería fantástico que lo que importara no fuera el conocimiento de memoria, sino el conocimiento aplicado.
Sería fantástico que nos formaran como personas con una mínima cultura en la educación que es obligatoria, que todo ciudadano tuviera derecho a tener capacidad crítica y de razonamiento.
Que se fomentara el mejorar las capacidades de todos, y no marginar a algunos por no tener ganas de romperse la cabeza buscando cómo llegar hasta ellos.

Lo que pasa es que eso implicaría que toda la gente que se dedicara a la enseñanza tuviera interés en su trabajo. En hacerlo bien, en llegar a todos y no simplemente ocupar su silla delante de una clase de alumnos desmotivados que de ellos sólo puedan aprender lo mismo que del libro, como mucho.
Sin embargo, parece que muchos, no todos, se decantan por la enseñanza por el dinero y las vacaciones. Y no se dan cuenta del papel tan importante que tienen en la sociedad.
¡Me indigna tantísimo!
Y lo peor es que parece que lo que interesa es que la educación sea así. Porque un pueblo no crítico y muy desinformado es un pueblo débil que no se plantea la información que le dan.
Es un pueblo que cree todo, que acepta todo, que cae en las trampas de los peces gordos...



Esto no se quedará en lo que escribo. Algún día espero poder poner mi granito de arena en el mundo de la enseñanza, y aunque no sea un cambio radical, al menos haré mi parte. Eso como mínimo. Y si puedo más, haré más.

Reto épico.

Esta creo que no será la única entrada de hoy, pues me he despertado con ganas de protestar.
Tampoco es una entrada que cuadre mucho aquí, en realidad... De hecho no tiene nada que ver con la línea general del blog.
Pero hoy he aceptado un reto. No es un gran reto, no ponen juego la vida de nadie (aunque puede que sí mi vida social, y la de Sheila... Pero ¡qué más da!). Es simplemente una estupidez muy divertida, al menos para mí, y que debo hacer.
Requerirá una enorme falta de vergüenza y amor propio, una cámara de vídeo, y muchas ganas de volvernos locas.
El anuncio es el siguiente:

"Tras una charla con Sheila, queda decidido. 
Hoy, 23 de junio de 2011, a las 16.50h aproximadamente, he aceptado el reto (el cual he propuesto yo misma): 
Unos carnavales no muy lejanos, nos disfrazaremos de señoras y, lista en mano, haremos todo* lo que dicen las 100 páginas de "Señoras que..." que veremos a continuación.

*Hay cosas que son imposibles dadas las fechas, ya que no podremos asistir a una cabalgata de Reyes en pleno Carnaval, pero haremos lo más parecido que podamos."
En cierto modo, creo que Sheila y yo estábamos pre-destinadas, porque desde que somos amigas llevamos haciendo muchas cosas que forman parte de la lista. Y es que cuando nos ponemos en plan señora, damos miedo... Hay testigos que lo corroboran.Sheila y yo juntas solemos dar miedo siempre, y lo peor es que nos da igual. Es como con Silvia, y si nos juntamos las tres somos un huracán.
Lo bueno es que la gente que nos conoce sólo tiene dos opciones, salir corriendo y/o criticarnos, o pasar "la prueba de fuego" y ser un amigo. Pero es lo que hay, somos así y preferimos mostrarlo de entrada para que no haya sorpresas luego.
Bueno, ¡con tanta habladuría olvidaba la lista!
Está sacada de un recopilatorio de estos típicos de red social, en este caso de "tuenti", que junta 100 páginas de "Señoras que..." -y cuyo nombre es justamente "Señoras que..."-, y es la siguiente:
  • (1) Señoras que se quedan dormidas con la novela, pero si cambias de canal se despiertan.
  • (2) Señoras que te responden "si Dios quiere" cuando les dices "hasta mañana".
  • (3) Señoras que lo dan todo bailando politonos en Telecinco.
  • (4) Señoras que se meten al mar solo para mear.
  • (5) Señoras que discuten a ver quien está más enferma.
  • (6) Señoras que dicen "oyoyoyoyoyoyoy" cuando se enteran de un cotilleo.
  • (7) Señoras que se cruzan la bata cada vez que van a decir algo importante.
  • (8) Señoras que barren la acera de sus casas y echan un cubo de agua después...
  • (9) Señoras que se ponen una bolsa en la cabeza cuando llueve.
  • (10) Señoras que nadan sin mojarse la cabeza para no estropearse el peinado.
  • (11) Señoras que guardan las mejores bragas para cuando van al médico.
  • (12) Señoras que se pelean por los caramelos en la cabalgata de reyes...
  • (13) Señoras que quedan para "ir a andar".
  • (14) Señoras que cuando oyen un teléfono en la tele piensan que es el de casa.
  • (15) Señoras que comen 'cocretas', 'mondarinas' y 'kivis'.
  • (16) Señoras que van por el medio de la acera y no se dejan adelantar facilmente.
  • (17) Señoras que no se conocen y se comentan indignadas lo que tarda el autobús. 
  • (18) Señoras que dicen en las noticias que su vecino asesino "siempre saludaba".
  • (19) Señoras que bailan juntas en los pasodobles de la fiesta del pueblo.
  • (20) Señoras que resuelven todo con refranes.
  • (21) Señoras que creen que dan palmadas al ritmo de la música, pero no.
  • (22) Señoras que dicen "yo no digo ná..." y luego lo dicen.
  • (23) Señoras que suspiran al sentarse o al levantarse.
  • (24) Señoras que cantan alto en misa.
  • (25) Señoras que cuando corren van más despacio que caminando.
  • (26) Señoras que dan la vez.
  • (27) Señoras que malmeten contra otras señoras.
  • (28) Señoras que siguen todos los consejos de "Saber vivir" y ahora son inmortales.
  • (29) Señoras que se sientan a tu lado aunque esté el autobús vacio.
  • (30) Señoras que se guardan el monedero y/o el pañuelo en el sujetador o el sobaco.
  • (31) Señoras que se pegan y empujan por conseguir algo gratis.
  • (32) Señoras que van paseando y se paran en seco para dramatizar la conversación.
  • (33) Señoras que dicen que el niño está hermoso cuando lo que está es gordo.
  • (34) Señoras que dicen "¡Ay señor, llevame pronto!"
  • (35) Señoras que meten portazos al bajar del coche y preguntan "¿he cerrado bien?".
  • (36) Señoras que arrasan con los centros de mesa de flores después de una boda.
  • (37) Señoras que maldicen la TDT
  • (38) Señoras que empiezan todas las frases con "Se conoce que..." o "en mis tiempos..."
  • (39) Señoras que temen que tu compra se meta en la suya en la cinta del súper.
  • (40) Señoras que te sacan los ojos con el paraguas.
  • (41) Señoras que tienen los vasos de nocilla como vajilla casera.
  • (42) Señoras que van en grupo cogidas del brazo formando barreras infranqueables.
  • (43) Señoras que se pintan los dientes y... de paso los labios.
  • (44) Señoras que salen hasta la mitad de la carretera para ver si viene el autobús.
  • (45) Señoras que preguntan "¿Y tú de quien eres?"
  • (46) Señoras que mojan el pañuelo con su saliva y te limpian la cara.
  • (47) Señoras que se quejan porque sus maridos no "las sacan"
  • (48) Señoras que sacan la lengua cuando el cura les da el pan
  • (49) Señoras que abren los regalos sin romper el papel para luego guardarlo
  • (50) Señoras que se cuelan en la cola del súper.
  • (51) Señoras que empalman Ana Rosa Quintana con La Ruleta de la Suerte.
  • (52) Señoras que salen en la televisión y preguntan "¿Y esto cuando sale?"
  • (53) Señoras que tienen el pelo chafado por detrás después de echarse la siesta.
  • (54) Señoras que van a la orilla de la playa y apoyan las manos en la cadera
  • (55) Señoras que se ponen el abrigo sin usar las mangas.
  • (56) Señoras que se golpean las tetas al abanicarse.
  • (57) Señoras que coleccionan regalos del banco.
  • (58) Señoras que se llevan tupperwares por si no se acaban toda la comida.
  • (59) Señoras que te fríen un huevo si te quedas con hambre.
  • (60) Señoras que juegan al parchís y al cinquillo.
  • (61) Señoras que echan la tarde en en ambulatorio.
  • (62) Señoras que sufren cuando falta un puesto del mercado.
  • (63) Señoras que, de lo único que hablan, es de medicinas y dolores.
  • (64) Señoras que cotillean mientras recogen a los niños en el cole o mientras hacen aerobic.
  • (65) Señoras que se pasan 7 años en las duchas de la playa.
  • (66) Señoras que piden la fruta "más bonita" cuando van a comprar.
  • (67) Señoras que van a la peluqueria a leer revistas del corazón.
  • (68) Señoras que se creen que por salir a la calle en chándal están haciendo footing.
  • (69) Señoras que se escandalizan al escuchar la palabra "pene"... y tienen 8 hijos.
  • (70) Señoras que empujan en misa para conseguir las primeras el cesto.
  • (71) Señoras que se sacan la silla a la puerta de su casa en verano y forman su propio Sálvame Deluxe.
  • (72) Señoras que ríen escandalosamente.
  • (73) Señoras que te paran por la calle para contarte su vida (normalmente cuando tienes prisa).
  • (74) Señoras que salen con sus nietos para que las cojan del brazo porque "si no se caen".
  • (75) Señoras que discuten con los contestadores automáticos.
  • (76) Señoras que estudian la elasticidad de los mofletes.
  • (77) Señoras que hablan en pesetas.
  • (78) Señoras que preparan lentejas para tres días.
  • (79) Señoras que corren como velocirraptores cuando se abre una nueva caja en el súper.
  • (80) Señoras que achacan todos los dolores y enfermedades a "esto es de no comer".
  • (81) Señoras que bailan solas pasodobles con la mano sobre la tripa.
  • (82) Señoras que hablan solas y te miran para que les des conversación.
  • (83) Señoras que envuelven el mando a distancia en plástico.
  • (84) Señoras que están sentadas en la parada del bus esperando y justo cuando tú vas a subir, ésta te empuja te adelanta casi derrapando y encima dice "Eh, que yo estaba antes... Esta juventud ya no respeta nada"
  • (85) Señoras que te dan 15 besos seguidos en la misma mejilla.
  • (86) Señoras que se guardan los clínex usados en la manga de la chaqueta o de la bata.
  • (87) Señoras que echan de menos las pesetas porque no se acostumbran a los “leuros”.
  • (88) Señoras que cuando pasan de hoja se chupan el dedo.
  • (89) Señoras que sacuden el mantel por la ventana y tiran el mando de la tele.
  • (90) Señoras que alimentan a las palomas por si alguna es el Espíritu Santo. 
  • (91) Señoras que entran a las tiendas en rebajas como orcos de Mordor.
  • (92) Señoras que desconocen la existencia de billetes y lo llevan todo en chatarrilla.
  • (93) Señoras que te ofrecen platanos negros asegurando que por dentro están bien.
  • (94) Señoras que visitan la Warner disfrazadas del Capitán Pescanova.
  • (95) Señoras que cenan a la hora de la merienda.
  • (96) Señoras que van a hacer "mandaos" o "recaos" cuando no quieren que sepas adónde van.
  • (97) Señoras que cuando aplauden se les mueven las carnes de los brazos.
  • (98) Señoras que estrujan 40 barras de pan hasta elegir la suya.
  • (99) Señoras que ven a jóvenes volviendo de after y piensan que han madrugado.
  • (100) Señoras que salen de compras en zapatillas de estar por casa (alpargates)

La verdad es que no sé cómo vamos a hacerlo. Vamos a pasar mucha vergüenza...
Y encima tenemos intención de grabarlo en vídeo, así que nuestra vergüenza quedará para la posteridad.
¡Sin embargo, tengo ganas de hacerlo!
Supongo que si algún día decido hacer públicos los vídeos, los linkearé en el blog...
Sólo me queda decir que en ocasiones como esta, ¡me doy miedo a mí misma! O_O

Raíces, sueños, y pensamientos varios

Ya en casa, siento como si todo fuera un sueño.
Lo que pasó y lo que pasa, mi vida fuera y mi vida aquí.
Estoy en el punto en el que aún no crees que has vuelto y aún así parece que nunca te hubieras marchado. Como eso, un sueño semi-borroso en el que el tiempo no existe. Es sólo un concepto extraño y empañado creado por el ser humano, una irrealidad abstracta que quiere darse forma en un reloj.

Hoy me creo que es verdad eso de que la vida es sueño.
El simple hecho de estar aquí me llena de energía, y y
a las sensaciones de desánimo y cansancio que aguaban mis últimos días allá lejos -y digo lejos, porque ahora todo me pinta lejos- parecen manchas de tinta en una vieja carta -de esas de papel que se usaban antes.
Supongo que ya me siento en mi sitio, no como un gato callejero que no tiene mucho que deber a una ciudad que no quiere darle sitio.
Supongo que es lo que tiene echar raíces.
También me pregunto hasta qué punto encuentro mi hogar aquí por haber crecido en este sitio y hasta qué punto es porque coincide con mi manera de ser.
Quiero decir ¿Hasta qué punto es el medio el que nos hace como somos? ¿Hasta qué punto influyen las circunstancias en nuestra manera de ser? ¿Hasta qué punto transforma el exterior nuestra manera de enfrentarnos a las cosas?
José Ortega y Gasset dijo: "Yo soy yo y mis circunstancias".
Creo que es una buena manera de simplificar lo que creo, que nuestra forma de ser no sólo está condicionada por el exterior, ya que somos nosotros quienes nos enfrentamos a los factores externos.
Pero siempre -o al menos desde que tengo uso de razón y me lo planteé- he querido saber hasta qué punto influye cada cosa.
Supongo que es una de esas preguntas que nunca sabré con exactitud su respuesta, ya que puede que dependa de cada una de las personas, que varíe.

Y además porque veo difícil que me puedan dar una solución exacta que pueda creer. Ahora mismo, el cerebro y la mente humana son un misterio en su mayoría.
Aún así, no puedo evitar indagar en estas cosas en ese tipo de momentos en los que mi mente decide tomarse unas vacaciones por sí sola y viajar entre preguntas existenciales de estas a las que nunca encuentro una respuesta concreta. 
Sin embargo, ¿no es verdad que de lo que hay que disfrutar es del viaje, de la "Odisea" y no sólo de "Ítaca"?

Una pausa.

Hace tantísimo que no escribo que casi debería de poner un cartel de "abandonado" al blog...
Pero soy tan cabezota que no quiero dejarlo, ¡qué le vamos a hacer!


Mañana vuelvo a casa. Y he dicho casa, no este pseudo-hogar temporal que es mi piso.
Hoy pasaré mi última noche en Madrid -por ahora.
Es increíble. Ya he terminado mi primer curso estudiando teatro, viviendo fuera de mi isla, de mi casa.
No sé muy bien cómo enfrentarme a la situación.
Por momentos me siento en paz con todo. He acabado el curso y sólo tengo por delante el verano, al menos de momento. Ya casi empieza.
Otros momentos tengo miedo. Un miedo enorme que no sé muy bien de dónde sale.
Miedo a irme y a quedarme, miedo a irme y a tener que volver. Miedo al simple pensamiento de no volver tampoco.
Tengo tantas cosas acerca de las que reflexionar...
Necesito recordar qué me trajo aquí, aunque supongo que seré yo misma en verano quien se responda.
Quiero dejar reposar mis pensamientos en el fondo de mi cabeza, en un baúl de recuerdos.
Simplemente dejar que se asientan para que cuando lo abra, sepa qué hacer con ellos.
Cómo distribuirlos. Dejarme de boberías.
Estoy tan cansada que no vale la pena desanimarme.
No quiero simplemente tener que auto-castigarme por no sentirme válida. No quiero no disfrutar con algo que me da vida.
Quiero mandar todas esas gilipolleces muy lejos. Borrarlas de una patada y hacer polvo de los baches.
Y pensar de una vez que aunque no esté "bien", habrá servido de algo. Aunque sea mínimo.
Estoy harta de que me hablen de mi supuesto potencial y darme cuenta de que para mí no es suficiente lo que hago por sacarlo.
Me he dado mucha prisa. Tengo que entender que estoy en camino, paso a paso.
Y lo único que hago con estos pensamientos es ponerme trampas en el camino, ralentizar el paso.
Por eso necesito un descanso. Un descanso mental, cerebral, neuronal. Olvidar. Dejar estos pensamientos en reposo y bien guardados. Y que mi subconsciente se encargue del resto, como tantas veces me pasa.
Para poder confiar de una maldita vez en lo que hago, en vez de tener que creer que todo está mal o no es suficiente.
Así que me tomaré un descansito, un ratito sin pensar, sin preocuparme del mañana.
Una pausa de estas necesarias. De las que parece que estás perdiendo el tiempo en que deberías de estar pensando en los asuntos que sean, pero que luego te ayudan a mirar con perspectiva y con la mente clara y fresca como agua, que fluye y no se detiene.
A todos nos hace falta esto de vez en cuando....

Días muy largos

Estoy muy perdida ahora mismo. Perdida y desmotivada y agotada.
Tampoco es algo que me impida continuar. Puedo seguir mi vida normalmente. Continuar con el día a día.
Eso es sencillo; simplemente no quiero quedarme atascada cuando la vida sigue.
Pero sinceramente no entiendo ya qué hago aquí. No pinto nada.
Debería estar allá. Quizás haya otra manera de perseguir un sueño.
Ahora no entiendo nada, y no sé si es porque ya queda poco y estoy cansada, o por qué... no sé.
Me pregunto si vale la pena. Y me da miedo el simple hecho de preguntarme estas cosas porque significa que tengo dudas ahora mismo sobre algo que creía tener seguro.
¿Vale la pena algo de lo que estoy haciendo realmente? ¿Vale la pena seguir aquí así?
Aquí no estoy dejando huella, podría irme sin dejar rastro.
De poco sirve lo que hago o no hago, y casi siento que más bien estorbo.
Me siento como un globo pinchado. Bastante inútil, prescindible, pero que al menos no revienta.
Como si la vida me inflara constantemente y yo me fuera haciendo agujeritos para poder continuar sin estallar, pero no tiene sentido.
Tampoco es que me importe mucho ahora mismo. Quiero decir que puedo seguir adelante y más o menos disfrutar de las cosas. Lo que pasa es que estoy muy, muy confundida y no tengo idea de cómo salir de aquí.
Ni sé pedir ayuda, ni sé si debo. Quizás es sólo una mala racha. Es más, seguramente lo sea.
Quizás deba dejar reposar las ideas, pero no hay tiempo...
Y escribo aquí porque estas ideas están ya haciendo presión adentro de mi cabeza y porque no sé expresar de otra manera qué sucede.

¡Gracias por leer mis estupideces!